En el Colegio Agustiniano Suba vivimos con entusiasmo y alegría la conmemoración del Día del Idioma, una jornada llena de arte, reflexión y amor por la palabra. Esta celebración fue mucho más que una fecha en el calendario: fue una oportunidad para exaltar el valor de nuestro idioma como herramienta de expresión, convivencia y creatividad.
Los estudiantes de primaria fueron los protagonistas de una experiencia inolvidable que tuvo como escenario el teatro. La obra «Rabito y el Hada de Cristal» deslumbró a nuestros niños con una puesta en escena encantadora, que combinó elementos mágicos, personajes entrañables y mensajes profundos. A través de esta obra, los estudiantes no solo disfrutaron del espectáculo, sino que también reflexionaron sobre temas fundamentales para su formación: la importancia de la amistad, la vida en comunidad, el juego sano y el uso responsable de las tecnologías. Cada escena fue una invitación al asombro, una chispa de alegría y una lección de vida.
El teatro, como forma de arte, nos permite explorar emociones, comprender al otro y dar vida a las palabras. Por eso, esta actividad se convirtió en un puente entre la literatura y la experiencia, entre la diversión y el aprendizaje, reforzando así nuestra misión educativa desde un enfoque integral y humano.
Además del espectáculo teatral, nuestros estudiantes participaron con gran entusiasmo en los tradicionales concursos de deletreo, literatura y declamación. Fue admirable ver cómo cada niño, con dedicación y entusiasmo, asumió el reto de expresarse con claridad, pasión y creatividad. Estos espacios permitieron descubrir talentos, fortalecer habilidades comunicativas y promover el gusto por la lectura y la escritura.
Las voces de nuestros niños llenaron los pasillos del colegio con poesía, narraciones y palabras pronunciadas con orgullo. Cada participación fue una muestra del amor que sentimos por nuestra lengua, y una expresión de la riqueza cultural que habita en nuestras aulas.
Agradecemos profundamente a todos los docentes, padres de familia y miembros de la comunidad educativa que hicieron posible esta celebración. Su compromiso y entrega permitieron que cada detalle estuviera pensado para enriquecer la experiencia de nuestros estudiantes.
Y por supuesto, ¡felicitaciones a todos los participantes y ganadores! Cada uno de ustedes es una semilla de inspiración, un testimonio vivo del poder de las palabras y del valor de cultivar el lenguaje con amor y responsabilidad.
Que esta conmemoración nos motive a seguir promoviendo el buen uso del idioma, a leer con más pasión, a escribir con más libertad y a comunicarnos siempre desde el respeto y la empatía.
¡Feliz Día del Idioma! Que las palabras sigan siendo puentes de encuentro, construcción y esperanza.